Las matemáticas de Dios



La Biblia, evidentemente, no es un libro de matemáticas, es un baúl de experiencias, de rostros, de historias donde encontramos lo necesario para entender algo más sobre nosotros mismos y sobre Dios. Pero la clave de lectura de la Biblia es Jesucristo. Él ha venido a por los enfermos, y no a por los sanos. Esa es la paradójica matemática de Dios. 

Luigi Maria Epicoco sigue el hilo argumental de los discípulos de Emaús, y con ellos vamos recorriendo las distintas etapas que bien pueden ser las de nuestra vida: decepción, amistad, búsqueda del sentido, encuentro con Jesús, nostalgia, etc.

El estilo del autor es, como siempre, directo e incisivo: «¡Qué torpes sois y qué tardos para creer lo que dijeron los profetas!» Es el problema crucial de los discípulos de Emaús, que se encuentran ante los acontecimientos, pero no saben leerlos de modo profético. No saben relacionar lo que han vivido consigo mismos y con su sentido profundo. Viven, pero no entienden el significado.

Cristo es el que relaciona de modo profético los acontecimientos con el sentido de las Escrituras. La Biblia es la profecía de cada hombre. Habla de ti como un campo de trigo cuando todavía eres una semilla que no quiere morir.


«¿No era necesario que Cristo sufriera todo eso para entrar en su gloria?».

Por tanto, ese sufrimiento era necesario para la gloria. La muerte de la semilla es una exigencia para la belleza de los campos de trigo que nacerán de ella .



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