Individualismo



Amedeo Cencini analiza en este libro las devastadoras consecuencias que el individualismo tiene en la religión cristiana, explora “modos de progresar juntos en el camino hacia una comunión renovada.” Partimos de una idea clara: “Dios es relación, la fe es relación, la oración es relación, la redención es relación. En verdad, todo en la vida cristiana se construye sobre la relación y conduce a la relación” y esa relación debe ser de amor.


El individualismo significa «considerarse fuera de la relación»; eso puede parecer un tanto absurdo e imposible en sí, pues todos hemos nacido de una relación. El embrión no puede pensarse fuera del vientre de la madre, pues es en su seno donde puede vivir recibiendo una alimentación natural. Hemos nacido no solo de un «tú», sino también de una relación previa entre dos seres humanos. Estrictamente hablando no cabe hablar de autorrealización, como un proceso que comienza y se termina en el yo, sin ninguna referencia a un tú.


La formación del cristiano corre hoy el riesgo de «formar» a un individuo mucho más preocupado por su salvación personal que consciente de su responsabilidad de la salvación de los demás. Semejante actitud no tiene más que un nombre: «el egoísmo espiritual”. A propósito de esto comenta con acierto el pasaje del Génesis (4,9) cuando Caín respondió a la pregunta que le dirige Dios: «¿Dónde está tu hermano Abel? Él respondió: No lo sé. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?». Cuando no nos sentimos responsables de la salvación del otro, en ese momento lo matamos, porque no le damos esa parte de vida que supone la fraternidad.


Interesante libro el que nos ofrece este sacerdote canosiano, profesor de la Universidad Salesiana en Roma y consultor de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada.





Comentarios

Entradas populares de este blog

Dios es siempre nuevo

Alguien a quien mirar

Castellano