Mañana y tarde
Leer “Mañana y tarde” es un buen modo de introducirse en la obra del último Premio Nobel de Literatura: Jon Fosse. La obra sorprende (y desconcierta un poco) al principio, por su original estilo, minimalista, onírico, poético y denso. Lo que pasa con Jon Fosse es que logra transmitir sentimientos e imágenes aun escribiendo como escribe, con pocas pero poderosas palabras: “ y una prenda ni roja ni oscura sino seca y silenciosa y ahora una mano y el grito que se pierde y tan suave suave como lo rojo y oscuro suave y caluroso”.
Si bien en la poesía estamos más acostumbrados a saltarnos las normas gramaticales, en prosa hay que tenerlos bien puestos para hacer lo que Fosse hace y lo que logra con ello. Tiene un efecto sugerente que te va atrapando. “Mañana y tarde” es una novela desgarradora, triste. Transmite lo que se siente cuando se ronda la muerte, cuando faltan los tuyos: la soledad, el frío, los sueños, la muerte. Tremenda novela.
No es una novela realista, ya que el protagonista es, literalmente, un fantasma o una persona viviendo una especie de experiencia cercana a la muerte, o un monólogo de la conciencia. Sin embargo, tampoco la catalogaría de fantástica, ya que se apoya en simbolismos para hablar de temas trascendentes. Por ejemplo habla de Dios sin reparos en momentos clave: “Y entonces dice para sus adentros que ahora el Dios bueno y lejano tendrá que ayudarla, ahora Jesucristo, que entabló los lazos entre el Dios bueno y lejano y las descarriadas personas de este mundo de maldad, gobernado por los impotentes dioses de la muerte, tendrá que ayudarla”.
Y entonces dice para sus adentros que ahora el Dios bueno y lejano tendrá que ayudarla, ahora Jesucristo, que entabló los lazos entre el Dios bueno y lejano y las descarriadas personas de este mundo de maldad, gobernado por los impotentes dioses de la muerte, tendrá que ayudarla,
Comentarios
Publicar un comentario