Los besos no dados


Estas páginas se buscan la integración de lo humano y lo espiritual, de la fe y la afectividad, la armonía de lo masculino y lo femenino. Son para quienes aman la libertad del corazón. Y que no tienen miedo de la pasión. Centra el estudio en el amor de amistad y cómo se hace presente también en la vida consagrada.


El autor toma como referencia a tres grandes fundadores de comunidades, hombres y mujeres del Espíritu: Bernardo, Francisco y Teresa, conocedores como pocos del espíritu humano, viven la amistad no como azar, sino como proyecto.


El libro hace interesantes reflexiones sobre las distintas formas de amar: “Lo esencial de la castidad no es la renuncia al placer o a la posesión, sino la orientación total en función de un fin”. Sobre la clásica distinción entre “eros y agape, entre amor y caritas. Entre vitalidad y espiritualidad, entre amor carnal y amor espiritual. En la relación amistosa y amorosa, don y atracción son una trama vital”.


Al final llega a una conclusión muy propia de la teología del cuerpo, “El verdadero tesoro, la perla preciosa, el fruto sabroso no es el cuerpo, sino la persona: antes estaba tu belleza, ahora estás tú. La amistad es una respuesta al deseo que te hace encontrar el absoluto de cada uno”. En definitiva un libro breve y ameno de leer que ilumina aspectos curiosos de la amistad.



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