La Plegaria Eucarística


El profesor Cesare Giraudo nos ofrece en esta obra una reflexión sobre el significado de la celebración eucarística siguiendo el ejemplo de los Padres de la Iglesia, que «oraban y después creían, oraban para poder creer, oraban para saber cómo y qué debían creer».


Estas páginas ágiles y profundas constituyen una serie de catequesis mistagógicas sobre los diversos momentos de la Plegaria eucarística, concebidos no como una sucesión de partes deslavazadas, sino como una unidad capaz de conducirnos al corazón del misterio cristiano. Se trata de un intento de analizar la eucaristía no desde la mesa de estudio, sino «en la iglesia», a partir del lugar y el momento de la misma celebración. Así, el redescubrimiento de la eucaristía será también el de la Iglesia, es decir, el del cuerpo eclesial formado por los participantes.


El autor compara frecuentemente la liturgia latina con la oriental de modo que se puedan entender mejor los ritos. Así, al hablar de la “epíclesis” afirma: “La percepción de la unidad de las dos epíclesis resulta mucho más fácil en las liturgias orientales. En efecto, en todas las Plegarias eucarísticas orientales la epíclesis sobre las ofrendas está colocada después de la narración de la institución y de la anámnesis, inmediatamente antes de la epíclesis sobre los que participantes. La petición que resulta de ello se formula así: ‘Envía tu santo Espíritu sobre este pan y este vino, para que transforme el pan en el cuerpo y el vino en la sangre de tu Cristo, a fin de que nosotros que lo recibimos seamos transformados en un solo cuerpo’.”


También cita abundantemente a los Padres de la Iglesia, como en el caso del comentario a la doxología final de la Plegaria: Amén! con esta preciosa cita de San Jerónimo: “¿Dónde se acude con tanta ansia y tanta asiduidad a las iglesias y a los sepulcros de los mártires como en Roma? ;Dónde retumba como un trueno del cielo el «Amén» y se tambalean los vanos templos de los ídolos como en Roma? No es que los romanos tengan una fe diferente de la que tienen todas las Iglesias de Cristo; eso se debe al hecho de que en ellos la devoción es mayor, y es mayor la sencillez para creer”.


Cesare Giraudo es profesor de teología dogmática y liturgia en el Pontificio Instituto Oriental, en la Pontificia Universidad Gregoriana y en la Facultad de teología de Nápoles.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Dios es siempre nuevo

Alguien a quien mirar

Castellano