Dios es siempre nuevo


 


Los textos de Benedicto XVI seleccionados en estas páginas son una fuente de inspiración y desafío para los creyentes y los no creyentes, ya que combinan una pasión desbordante por Cristo y el cristianismo con una argumentación tan sencilla como poderosa. Benedicto XVI sabe llegar al corazón del lector al abordar los grandes temas de la fe. Estas páginas representan una nueva de 'síntesis espiritual' de los escritos de Benedicto XVI, mostrando su capacidad para mostrar de forma siempre nueva la profundidad de la fe cristiana.


Como ejemplo estas palabras pronunciadas el 31 de diciembre de 2012:


“La sabiduría nos hace decir que, a pesar de todo, existe el bien en el mundo, y este bien está destinado a vencer gracias a Dios, el Dios de Jesucristo, encarnado, muerto y resucitado. Cierto: a veces es difícil percibir esta profunda realidad porque el mal hace más ruido que el bien; un homicidio feroz, extendidas violencias, graves injusticias son noticia; al contrario, los gestos de amor y de servicio, la fatiga cotidiana soportada con fidelidad y paciencia, se quedan a menudo en la sombra, no emergen. Es motivo también para que no nos quedemos sólo en las noticias si queremos entender el mundo y la vida; debemos ser capaces de detenernos en el silencio, en la meditación, en la reflexión serena y prolongada; debemos saber pararnos a pensar. De este modo nuestro ánimo puede hallar curación de las inevitables heridas del día a día, puede profundizar en los hechos que ocurren en nuestra vida y en el mundo y llegar a esa sabiduría que permite valorar las cosas con ojos nuevos. Sobre todo en el recogimiento de la conciencia, donde nos habla Dios, se aprende a contemplar con verdad las propias acciones, también el mal presente en nosotros y a nuestro alrededor, para comenzar un camino de conversión que haga más sabios y mejores, más capaces de generar solidaridad y comunión, de vencer el mal con el bien. El cristiano es un hombre de esperanza —también y sobre todo frente a la oscuridad que a menudo existe en el mundo y que no depende del proyecto de Dios, sino de las elecciones erróneas del hombre— pues sabe que la fuerza de la fe puede mover montañas (cf. Mt 17, 20): el Señor puede iluminar hasta la tiniebla más densa”.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Castellano

Alguien a quien mirar