Los incomprendidos


Pedro Simón, nos ofrece en “Los incomprendidos” la historia de un viaje que habla de otros muchos viajes. El viaje de la infancia a la convulsa adolescencia. El que va de la algarabía infantil al silencio más sepulcral. El de los padres que caminan detrás con su culpa y llegan tarde. El de los abuelos que fueron delante y a los que nadie escucha. El que hace alguien para salvar una vida. También es la historia de ese otro viaje al que todos tenemos miedo: el que habla de nuestro pasado más oscuro y secreto.


"Somos esa generación que en su infancia dejaba el mejor sitio de la mesa para el padre y que ahora se lo deja al hijo. Eso somos", dice Javier, el padre. Los incomprendidos es una novela sobre la soledad familiar, la incomunicación entre padres e hijos, el horror de decir, pero también, y desde la primera página, sobre la esperanza. Un viaje memorable al corazón de una familia. 


También es una novela sobre la adolescencia, terreno en el que la incomprensión toma protagonismo doloroso: “La adolescencia siempre será una edad de doloroso alumbramiento, una edad de abrir puertas que chirrían, de cerrarlas, de llamar con los nudillos y que no te abra nadie, de tirarlas abajo a patadas. Porque vas a tener que ser tú el que lo haga. Abrir, empujar, salir. Igual que un parto. Solo que en esa edad tú eres el que pares y también eres el parido. No hay otra: tienes que darte a luz a ti mismo.”


Javier y Celia son un matrimonio de clase media con un hijo pequeño y una hija preadolescente. Él trabaja en una editorial y ella en un hospital; él arregla vidas de mentira y ella arregla vidas de verdad. Tratan de prosperar, se mudan a un barrio mejor, la cotidianidad. Podría ser la historia de muchos. Hasta que tiene lugar una excursión a Pirineos que lo cambia absolutamente todo.



Los incomprendidos es una novela sobre la soledad familiar, la incomunicación entre padres e hijos, el horror de decir, pero también, y desde la primera página, sobre la esperanza. Una novela en la que el sentido de culpabilidad adquiere también demasiado protagonismo, quizá porque el autor desconoce la existencia de la misericordia. Pero también es una novela sobre la esperanza, como deja bien claro en el último capítulo.


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