Perdidos. Los planes secretos del Club Bilderberg.

 


Ya hemos hablado en este blog de Cristina Martín Jiménez (Los planes del Club Bilderberg para España), periodista especializada en el Club Biderberg, sobre el que hizo la tesis doctoral y al que lleva investigando 15 años de su vida, habiendo escrito media docena de libros. 


«En política nada ocurre por casualidad. Cada vez que surge un acontecimiento se puede estar seguro de que fue previsto para llevarlo a cabo de esa manera» Franklin D. Roosevelt. 


Pero ¿quién mueve los hilos del poder? ¿Es posible que existan poderes ocultos que estén por encima del poder oficial de la política? 


Uno de los asuntos tratados en el libro es el asesinato del Presidente norteamericano J.F. Kennedy. El 12 de abril de 1961 JFK pronunció un discurso plagado de llamativas expresiones ante la “American Newspaper Publishers Association”. En él habló de dos temas: “la necesidad de una mayor información pública y, en segundo lugar, a la necesidad de un mayor secreto oficial”. Podía verse en estos una alusión a esos poderes ocultos que se organizan y reúnen bajo estricto secreto y a la vez tienen gente infiltrada en los gobiernos que pueden hacer uso de materias reservadas para sus intereses privados, como ocurre con el Club Bilderberg. Hay quien llega a afirmar que este discurso le costaría la vida al Presidente.


Tras estas cuestiones, el presidente entró de lleno en lo que denominaba la génesis del auténtico peligro que desafiaba a la nación: 


“Nos vemos enfrentados por una conspiración férrea y despiadada que se apoya principalmente en métodos secretos para expandir su esfera de influencia a través de la infiltración en lugar de la invasión, a través de la subversión en lugar de las elecciones, con la intimidación en vez de la opción libre, con guerrillas nocturnas en lugar de ejércitos diurnos. Es un sistema que ha reclutado extensos recursos humanos y materiales para construir un tejido hermético, una máquina altamente eficiente que combina operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y políticas. Sus acciones se ocultan, no se publican”.


Aquí estaba la verdadera denuncia de Kennedy: una férrea conspiración. Les ruego vuelvan a leer cuáles eran, como alertó el presidente, los métodos o estrategias que utilizaba esa conspiración. Realmente describió, sin dar nombres de personas ni instituciones, la forma de actuación de Bilderberg y sus grupos satélites.


John F. Kennedy no solo advertía a la prensa, sino que le rogaba ayuda para que informara plenamente a los ciudadanos, pues confiaba en que de esa forma reaccionarían ante una «conspiración férrea y despiadada que se apoya principalmente en métodos secretos…». Secretos que no salen a la luz pública, que atacan todos los aspectos de la vida humana. Eso es el imperio Bilderberg: «Una máquina altamente eficiente que combina operaciones militares, diplomáticas, etc.”


Este enfrentamiento durará hasta el año 1963. Pocos meses antes de morir John F. Kennedy afirmará: «El poderoso despacho del presidente ha sido utilizado para fomentar una conspiración para destruir la libertad de los

estadounidenses y antes de que abandone la presidencia debo informar a los ciudadanos sobre su destino.»


En 1954, un grupo de personas “respiraron juntas” (con-spiraron) en una reunión para armonizar y estar de acuerdo respecto a diversos puntos de máxima actualidad política y económica del momento. Pero la condición esencial era mantener el secreto, tanto de su existencia como del contenido de sus debates.


Por ello, lo que van a leer a continuación -dirá la autora- no lo encontrarán en los libros de textos editados por la cultura oficial, aunque les aseguro que es más real o tan real como parte de lo que se escribe en ellos. Kennedy hablaba de una ciudadanía que no estaba plenamente informada, de una sociedad que vivía inmersa en el secretismo, lo que es del todo incompatible con la libertad y la democracia.


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