Al cruzar el puente


En este libro de José Manuel Horcajo veremos a mendigos, drogadictos, budistas, directores de banco, catedráticos de filosofía, madres adolescentes, deportistas, etc. Paseando por los misteriosos latidos de un barrio descubriremos algo sorprendente: ¿Qué ha pasado para que el antiguo mendigo del callejón sea ahora un evangelizador lleno de fuego? ¿Cómo se convierte un triste borracho en un santo feliz? 


"Quiero expresar con dolor -recuerda el papa Francisco- que la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual. La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe". Los pobres piden y los pobres dan. Ellos enseñan mucho porque, detrás de sus vidas azarosas y heridas, brilla el resplandor de Cristo que se ha hecho pobre y ha venido a evangelizar a los pobres. Dios actúa más en aquellos que le claman día y noche. En estas páginas se nos anima a que crucemos el puente que nos puede unir a los demás, a los que sentimos alejados, a los que nos cuesta tratar, a los que nuestra sensibilidad rechaza, a los que nos parecen perdidos, a los que no nos gustaría que nos metan en nuestra casa, a los que nos dan lástima pero por los que no hacemos nada al pasar a su lado.


Resulta verdaderamente sorprendente la cantidad de cosas que se pueden hacer en una Parroquia como la de San Ramón Nonato. “La Vida Ascendente para los más mayores. Las Marías del sagrario para las que quieren acompañar al Señor. Grupo Simeón para los ancianitos que desean compartir su vida y conocer al Señor. Por parte de las Hermandades, tenemos la muy antigua de la Virgen del Carmen, patrona de Puente de Vallecas, la más reciente de jóvenes del Cristo del Perdón, la Fraternidad de San José, que cuida el comedor social, y la recién nacida de San Ramón, que cuida a los niños enfermos. La comunidad Ángel para las mamás, la Comunidad Carismática Kerigma para vivir en el Espíritu, Acción Católica que forma a los laicos, el Camino Neocatecumenal para vivir el bautismo coherentemente, la Escuela de la Palabra, para meditar el evangelio, los grupos de matrimonios, de novios y de jóvenes. Gracias a Dios, en la Iglesia hay tantos grupos porque el Espíritu atiende a todos los cristianos y les ofrece mil oportunidades de encontrarse con Jesús por medios muy variados.


Este libro, que recomiendo vivamente, ofrece además innumerables anécdotas surgidas de la vida misma en la labor pastoral de la parroquia.

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