Infocracia

El subtítulo de este libro de Byung-Chul Han es muy significativo: “La digitalización y la crisis de la democracia”. La digitalización avanza inexorablemente. Aturdidos por el frenesí de la comunicación y la información, nos sentimos impotentes ante el tsunami de datos que despliega fuerzas destructivas y deformantes. Hoy la digitalización también afecta a la esfera política y provoca graves trastornos en el proceso democrático. Las campañas electorales son guerras de información que se libran con todos los medios técnicos y psicológicos imaginables.

Para el autor se distinguen tres regímenes políticos que manifiestan tres formas de dominación. En el Antiguo Régimen el dominio si visibilizaba casi a modo de espectáculo (la corte de los reyes), con una coreografía que incluía también la violencia (ejecuciones públicas), mientras que los sometidos son invisibles.

En el régimen moderno, muy disciplinario, los gobernados son visibles y el poder se torna invisible, es la sociedad de la vigilancia denunciada notablemente por escritores como Orwell.


Actualmente estaríamos en un régimen de la información, en la que dominan las redes abiertas y es ese protagonismo de la com ubicación el que se convierte en medio de dominación, utilizando los datos como eficaz herramienta de vigilancia y control. La paradoja es que en esta etapa las personas ya no se sienten vigiladas, sino libres, y es esa sensación la que asegura la dominación.


“El capitalismo de la información, que se basa en la comunicación y la creación de redes, hace que técnicas de disciplina como el aislamiento espacial, la estricta reglamentación del trabajo o el adiestramiento físico queden obsoletas. La «docilidad» (docilité), que también significa sumisión u obediencia, no es el ideal del régimen de la información. El sujeto del régimen de la información no es dócil ni obediente. Más bien se cree libre, auténtico y creativo. Se produce y se realiza a sí mismo. El régimen de la disciplina que describe Foucault utiliza el aislamiento como medio de dominación: «La soledad es la primera condición de la sumisión total». El panóptico con celdas aisladas unas de otras es la imagen ideal y simbólica del régimen de la disciplina. Sin embargo, el aislamiento ya no puede aplicarse al régimen de la información, que explota especialmente la comunicación. La vigilancia en el régimen de la información tiene lugar a través de los datos. Los internos del panóptico disciplinario, aislados de sí mismos, no generan datos, no dejan rastros de datos, porque no se comunican”.

“La visibilidad se establece ahora de una manera completamente diferente: no a través del aislamiento, sino de la creación de redes. La tecnología de la información digital hace de la comunicación un medio de vigilancia. Cuantos más datos generemos, cuanto más intensamente nos comuniquemos, más eficaz será la vigilancia. El teléfono móvil como instrumento de vigilancia y sometimiento explota la libertad y la comunicación”.


En los primeros tiempos de la democracia, el libro instauró el discurso racional de la Ilustración, esencial para la democracia. Los actuales medios de comunicación en las redes minan el discurso racional generan un declive de la esfera pública, produciendo una “mediocracia”. Interesante planteamiento crítico hacia la sociedad y política actuales.

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