Cómo la Iglesia católica puede restaurar nuestra cultura

 



Georg Gänswein (Alemania, 1956), arzobispo, es secretario privado de Benedicto XVI desde hace más de veinte años, y un testigo privilegiado de la labor que desarrolló junto a Juan Pablo II, de su fecundo pontificado y de su histórica renuncia. También es prefecto de la Casa Pontificia del Papa Francisco. Es, por tanto, el único hombre de la curia que trabaja a diario con dos papas.

En este interesante libro, que recoge diversos textos (entrevistas, conferencias, homilías), ofrece una serie de reflexiones sobre el estado de la Iglesia y su futuro más próximo en el contexto de la secularización de la sociedad. Argumenta con vigor y sin miedo a decir la verdad, como aprendió de su maestro Joseph Ratzinger, destacando la fuerza civilizadora de la Iglesia en el ámbito cultural y cómo esta constituye un baluarte capaz de hacer frente a tendencias nihilistas. Cree, en este sentido, que la renovación espiritual depende la reforma personal de obispos, sacerdotes y laicos.

La cita de Garrigou-Lagrange que aparece en el comienzo del libro (“La Iglesia es intolerante en cuanto a sus principios porque cree, y en su praxis es tolerante, porque ama. Los enemigos de la Iglesia son tolerantes en cuanto a sus principios, porque no creen, e intolerantes en su praxis, porque no aman”), es un buen anuncio de lo que pretende transmitir la obra. El prefacio –escrito por un cristiano ortodoxo etíope– expresa admiración por la radical libertad con que la Iglesia de Roma se ha responsabilizado siempre de la verdad.

Gänswein trata, en este contexto, diversos temas, como la desmundanización y la nueva evangelización de la Iglesia, el papel de Tierra Santa como unión del Oriente y el Occidente cristianos, el radicalismo evangélico del cardenal Sarah, los retos que se les presentan a los cristianos en el Occidente secularizado, o la renovación del Papado a raíz de la renuncia de Benedicto XVI. También comenta críticamente el impuesto eclesiástico vigente en Alemania, así como lo que Europa puede aprender de su pasado romano, la veneración de los santos en la Iglesia o el camino de la santidad como algo que merece realmente la pena.

En definitiva, este libro transmite algunas ideas que pueden ayudar a los cristianos de hoy a transitar por este mundo en pleno cambio de época. Sin dejarse atenazar por el temor, la desesperanza o la nostalgia de épocas supuestamente mejores, y dejando el futuro en manos de Dios, Gänswein ayuda a que el lector caiga de nuevo en la cuenta del poder salvador de la fe cristiana.

SANTIAGO LEYRA

Comentarios

Entradas populares de este blog

Dios es siempre nuevo

Alguien a quien mirar

Castellano