La paternidad espiritual del sacerdote

 


En este último libro publicado por Jacques Philippe trata de la paternidad espiritual aplicándolo al sacerdocio. El tema es particularmente importante hoy, en este mundo que es el nuestro, de personas que sean auténticos iconos de la paternidad divina. Sin que eso sea su atributo exclusivo, creo que forma parte de la vocación del sacerdote.

La paternidad espiritual tiene su fundamento en la unión con Dios y en la verdadera piedad, como todo en la vida espiritual. Estas dos citas siguientes lo atestiguan:

Ofrezco la Misa con el Señor: cuando distribuyo la comunión me doy yo mismo con el Señor para hacerme alimento para todos. Eso significa que estoy siempre al servicio de los demás. Cada vez que celebro la Misa tengo la posibilidad de extender las manos y clavarme en la Cruz con Jesús, de beber con él el cáliz amargo. Cada día, al recitar o escuchar las palabras de la consagración, confirmo con todo mi corazón y toda mi alma un nuevo pacto, una alianza eterna entre Jesús y yo, por medio de su Sangre mezclada con la mía. cardenal Van Thuan

Es hermoso estar con Él y, reclinados sobre su pecho como el discípulo predilecto (cf. Jn 13, 25), palpar el amor infinito de su corazón. Si el cristianismo ha de distinguirse en nuestro tiempo sobre todo por el «arte de la oración», ¿cómo no sentir una renovada necesidad de estar largos ratos en conversación espiritual, en adoración silenciosa, en actitud de amor, ante Cristo presente en el Santísimo Sacramento?  Juan Pablo II

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