Maria Antonieta






Magnífica novela histórica de Stefan Zweig ambientada en la época de la Revolución Francesa.


María Antonieta nació en Viena en 1755, hija del emperador austríaco Francisco I y de María Teresa. En mayo de 1770 contrajo matrimonio con Luis XVI de Francia. En ella se centra la novela apareciendo los acontecimientos revolucionarios en segundo plano. Parsonajes como Marat, Danton o Robespierre aparecen siempre como de pasada, centrándose el autor en la evolución de la desafortunada reina, demasiado joven y caprichosa para asumir enormes responsabilidades históricas.


De nuevo la destreza de Stefan Zweig para el retrato y su finísima comprensión del alma humana se unen para dibujar un cuadro extraordinario de la más famosa víctima de la guillotina: su tormentosa llegada a Versalles, la frustración ante la frialdad de su esposo, su apasionado romance con el conde Von Fersen y, finalmente, el caos y el terror que la revolución trajo consigo.


El drama de la protagonista parece fruto de la incapacidad para detectar los nuevos movimientos culturales y populares encerrada en una “jaula de oro” como Versalles, rodeada de todo tipo de lujos, miles de sirvientes, y totalmente ajena a las necesidades del pueblo. La visión de la monarquía, heredada de Luis XIV, se basa en un principio no escrito: “el pueblo no es nada, el rey lo es todo”. 


Un nuevo modo de entender la política está surgiendo en norteamérica, donde la diferencia de casta y clases sociales ha sido suprimida por la idea de igualdad y la libertad, pero la corte francesa es totalmente ajena a la trascendencia de estos hechos y sigue en una espiral de gastos, endeudamiento y decadencia. Cuando estalla la Revolución María Antonieta sigue convencida de que la legitimidad del poder real viene de Dios y nunca el menor esfuerzo por comprender los ideales que configuran el mundo moderno.


La libertad de conciencia, la libertad de opinión, la libertad de prensa, la libertad de reunión; que han esculpido la igualdad de clases, razas y confesiones como primer artículo de la tabla de la ley de los nuevos tiempos, pondrán fin a los restos de la Edad Media. Mil años de autocracia regia han acabado en Francia. 

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