La marcha de Radetzky


Publicada originalmente en 1932, "La marcha Radetzkyha sido reeditada recientemente. Estamos ante una magnífica novela histórica, la novela mejor conocida de Joseph Roth. El título de la novela proviene de la famosa Marcha Radetzky compuesta en 1848 por Johann Strauss (padre). La propia marcha está representada simbólicamente en muchos momentos de la historia y es considerada por muchos como un oficioso himno del Imperio autrohúngaro.


La historia de tres generaciones de los Trotta, una familia de soldados y burócratas, se narra contra el telón de fondo de la monarquía austrohúngara desde la cumbre de su poder hasta el descenso a la guerra que llevaría a su disolución. Roth fue pionero en el uso de una figura histórica del emperador Francisco José como un personaje de ficción recurrente en la novela.

La historia de la familia Trotta aparece estrechamente vinculada a la decadencia del Imperio en los prolegómenos de la I Guerra Mundial. Es el ocaso de toda una época y de una mentalidad. Una idea se repite -explícita o implícitamente- a lo largo de la novela: “los tiempos han cambiado”, detrás de ella está el triunfo del liberalismo y los nacionalismos frente al Antiguo Régimen.

Nos situamos en un mundo en el que no se concibe nada más alto que dar gloria al Emperador, incluso por encima de las obligaciones familiares. El barón de Trotta se nos presenta como “un hombre viejo en un tiempo también viejo”. Conceptos como el sentido del honor es criticado con fina ironía por el autor: “un oficial del ejército imperial que no matara a una persona que había atentado contra su honor era considerado como un caso desgraciado y una vergüenza para su familia”. El concepto cuasi sagrado de la Patria, por lo que se debería estar dispuesto a dar la vida “se desmoronaba, se descomponía”.

Negros presagios se ciernen sobre una sociedad que ha perdido el rumbo, que oficialmente es católica pero que ha dejado de vivir conforme a los valores cristianos, reduciendo la religión a un culto externo.

Como pasó también en la Edad Media, la distancia entre los valores rectores de la cristiandad y lo que se daba en la vida diaria conducen al fin de una época. Es un problema que atraviesa la historia. La caballerosidad, la preponderante idea de la clase dirigente como la nobleza termina provocando una gran crisis social frente a los problemas de la vida real como son los disturbios sociales surgidos de la naciente revolución industrial y el detonante del nacionalismo incompatible con la idea de Imperio.




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