John Henry Newman. Diccionario




El trabajo de José Morales, autor de diversas publicaciones sobre John Henry Newman y buen conocedor de su obra es muy de agradecer. Las distintas voces pueden servirnos como aproximación a la obra del santo cardenal inglés y también como textos para la meditación. Copio algunos ejemplos:

Encarnación del Verbo
Cuando la Palabra eterna decretó venir a la tierra, no pensó, no actuó a medias, sino que vino para ser un hombre como cualquiera de nosotros, a tomar alma y cuerpo humanos y hacerlos suyos. No vino en mera apariencia o en figura pasajera, como los ángeles se manifiestan a los hombres. Tampoco se limitó a descender sobre un hombre ya existente —como hace con sus santos—y llamarle con el nombre de Dios, sino que «se hizo carne». Vinculó a Sí mismo una humanidad y se hizo tan real y verdaderamente hombre como era Dios, de modo que a partir de entonces fue a la vez Dios y hombre, o dicho con otras palabras, fue una persona en dos naturalezas, divina y humana.

Providencia
El Espíritu Santo nos hacen pensar con gran consuelo en los muchos dones menores que recibimos de la Providencia. El Padre que, por inescrutable decisión, envió primero a su Hijo coigual y después al Espíritu Eterno, actúa según una voluntad profunda, en la que confiamos, cuando lleva de un sitio a otro a los hombres que le sirven en la tierra. Pensar esto nos consuela de modo particular cuando perdemos amigos o personas especialmente dotadas que parecían ser el soporte terreno de la Iglesia. Lo que sabemos es que su marcha de la tierra es tan necesaria para el avance de lo que llevamos en el corazón como lo fue la marcha del Señor.

Santidad
Los santos son muy diversos, y esta diversidad es una señal de la riqueza de Dios. Pero a pesar de sus diferencias y de la línea específica de su actividad, se han conducido siempre con heroísmo. Han logrado tal autodominio, han crucificado la carne y renunciado al mundo de tal modo, han sido tan humildes, compasivos, alegres, devotos, laboriosos y perdonadores de injurias, han soportado Los santos son muy diversos, y esta diversidad es una señal de la riqueza de Dios. Pero a pesar de sus diferencias y de la línea específica de su actividad, se han conducido siempre con heroísmo. Han logrado tal autodominio, han crucificado la carne y renunciado al mundo de tal modo, han sido tan humildes, compasivos, alegres, devotos, laboriosos y perdonadores de injurias, han soportado tantos dolores y perseverado en trabajos tan grandes, que nos ofrecen un paradigma incuestionable de magnanimidad, verdad y amor. Discursos sobre la Fe, 120 2 El santo sufre las mismas tentaciones que los demás hombres, y a veces mayores, porque se le prueba como en un crisol, porque debe hacerse rico en méritos, porque le espera una brillante corona en el cielo. En cualquier caso, tiene tentaciones, y difiere de los otros no en verse eximido de ellas, sino en estar preparado contra ellas. La gracia supera la naturaleza. La supera desde luego en todos los que se salvan, pues nadie contemplará después el rostro de Dios si ahora no renuncia al pecado. Pero los santos vencen con una determinación, un vigor y una prontitud particulares.

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