El misterio de la fe

Conocido por los lectores
de habla española por su libro “Meditaciones sobre la fe”, ahora podemos
disfrutar este conjunto de meditaciones eucarísticas publicadas también por la Ed. San Pablo.
El autor nos plantea en este volumen la Eucaristía como un
camino, el camino de irse abriendo a Dios, porque en la Eucaristía Dios desea
comunicarme sus gracias redentoras. Es un camino particular porque está
condicionado por el estado de mi alma, por mi disposición para recibir la
gracia.
Es un camino semejante al de la parábola del hijo pródigo.
“Todo a sentir lhombre es ese hijo
pródigo” que siente necesidad de volver al Padre. Muchos van a Misa por
obligación, pero en el fondo, sin necesitar a Dios, porque de alguna manera se
las arreglan solos en la vida. El camino del hijo pródigo tiene tres etapas: la
salida de la casa del padre, la crisis profunda y el regreso a la casa del
padre.
Para muchos cristianos Dios está presente como “telón de
fondo” en su vida, en un segundo o tercer plano. No queremos deshacernos de ese
telón de fondo, pero el trato con Dios en la Eucaristía hace que el Señor pase
a un primer plano convirtiéndose en el centro de esta vida.
Recuerda el autor las palabras de Santa Edith Stein: “Hago
lo que puedo; siempre de nuevo saco ánimo del sagrario”. El encuentro con el
Señor en el sacramento de la Eucaristía hace posible el encuentro en muchos
pequeños momentos de nuestra vida cotidiana, que constituyen la comunicación del
amor de Dios.
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