Amar a Dios con San Agustín


José Antonio Galindo, agustino recoleto y profesor de Teología en la Universidad de Valencia, muestra en este libro ser un buen conocedor de la obra del gran Agustín de Hipona, pensador cristiano siempre de asombrosa actualidad.


Este volumen trata cuestiones relacionadas fundamentalmente con la lucha ascética, la gracia de Dios y la caridad. En primer lugar recuerda que la lucha ascética nos debe llevar a imitar la humildad de Jesús “que nació en una familia pobre, que trabajó con sus manos, que llevó siempre una vida sencilla, que lavó los pies a sus discípulos en la noche de su despedida y que murió desnudo en una cruz” descubriéndonos así una virtud desconocida hasta entonces que es la humildad. Así afirma el Santo: “si la humildad no precede, acompaña y sigue todas nuestras buenas acciones, poniéndola delante para que la miremos, (…) todo corre peligro de quedar arruinado por la soberbia”.

Las enseñanzas del obispo de Hipona nos conducen a centrar nuestra mirada en el corazón. “Dios nos pide –señala- sobre todo el corazón. Busca el corazón, mira el corazón, es testigo en el interior; es amor que persuade, ayuda y corona; es suficiente que le fortalezca la voluntad”. Así, más que hacer muchas obras buenas hemos de poner cuidado de hacerlo todo por Dios y para Dios.

Al comentar la conocida frase de “ama y haz lo que quieras” nos recuerda que del verdadero amor no puede brotar mal alguno; todo lo que hagamos movidos por el amor será bueno. El amor debe impregnar todas las virtudes y acciones del cristiano. Si nos preguntamos “¿hasta dónde ha de llegar mi amor?” hay que recordar que en esta cuestión no sirve el dicho clásico de “en medio está la virtud”. Con la caridad hemos de hacer una excepción porque “la medida del amor es no tener medida”.

La caridad que Dios ha difundido entre los hombres lleva siempre a la unidad y la comunión, de modo que, según San Agustín, “en realidad tu alma no es sólo tuya, sino de todos los hermanos, como sus almas son también tuyas; mejor dicho, sus almas, juntamente con la tuya no son varias almas, sino una sola en Cristo”-

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