La salvación de lo bello

Su visión de la sociedad actual es
bastante crítica en su lúcidez,
considera que buena parte de Europa “se
encuentran en un estado de shock tras la crisis financiera. En Corea ocurrió lo mismo, tras la
crisis de Asia. El régimen neoliberal instrumentaliza radicalmente este estado
de shock. Y ahí viene el diablo, que se llama liberalismo o Fondo Monetario
Internacional, y da dinero o crédito a cambio de almas humanas.
Mientras uno se encuentra aún en estado de shock, se
produce una neoliberalización más dura de la sociedad caracterizada por la
flexibilización laboral, la competencia descarnada, la desregularización, los
despidos”.
En "La salvación de lo bello" reflexiona
sobre la estética actual, donde “lo pulido, lo
liso, lo impecable, son la seña de identidad de nuestra época. Son lo que
tienen en común las esculturas de Jeff Koons, los smartphones y la depilación”. Estamos ante como el "Ballon Dog, que no esconde nada, una belleza sin interioridad que no esconde nada bajo su pulida superficie.
Estas cualidades ponen en evidencia el actual “exceso de positividad” del que
habla Han en otros ensayos, pero que aquí enfoca y desarrolla en el campo del
arte y de la estética. ¿Por qué hoy en día gusta tanto “lo pulido”? —se
pregunta Han. Porque no daña, no ofrece resistencia. Lo bello digital
constituye un espacio pulido y liso de lo igual, un espacio que no tolera
ninguna extrañeza, ninguna alteridad, ninguna negatividad.
Lo bello natural se
ha atrofiado en lo liso y pulido de lo bello digital. Hoy nos hallamos en una
crisis de lo bello en tanto que se lo satina, convirtiéndolo en objeto del «me
gusta», en algo arbitrario y placentero, que se mide por su inmediatez y su
valor de uso y de consumo. Pero sin la negatividad del quiebre de lo otro,
queda obturado el acceso a lo bello natural y anulada la distancia
contemplativa.
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